
Por la Unidad de Comunicación Estratégica de CREDICAMPO
En una pequeña comunidad rural del oriente del país, un grupo de niños se reúne para compartir una tarde distinta: actividades recreativas, donación de juguetes y un almuerzo preparado con esmero. Detrás de esta escena está un grupo de colaboradores de Credicampo que, con recursos propios y fuera del horario laboral, han decidido dedicar su tiempo y energía para brindar momentos de alegría y compañía a diferentes comunidades rurales en El Salvador.
Así es el voluntariado corporativo que se vive en Credicampo: una expresión genuina de compromiso social que nace desde adentro, desde los corazones de sus colaboradores.
Una práctica voluntaria con impacto real
En Credicampo, el voluntariado no es un programa impuesto ni una obligación institucional. Es una iniciativa libre y espontánea de los equipos de trabajo, quienes organizan actividades solidarias financiadas con sus propios recursos, para llevar bienestar a familias de escasos recursos, niños en situación vulnerable, adultos mayores y comunidades enteras.
Se trata de acciones que van desde la entrega de paquetes alimentarios y kits escolares hasta jornadas de convivencia en residencia de ancianos y celebraciones especiales. Estas actividades son impulsadas por equipos de agencias y áreas administrativas, lo que refleja una filosofía común: el deseo de contribuir más allá de las funciones laborales.
“Nos sentimos parte de la comunidad y poder llevar un momento de felicidad a los niños es algo que no podíamos quedarnos de brazos cruzados” comenta Elias Zavala, colaborador de agencia San Juan Opico, quien lideró una campaña para entregar útiles escolares a niños de zonas rurales.

Voluntariado con propósito: coherencia con nuestra filosofía
El propósito de esta práctica está en la coherencia. Credicampo ha construido su reputación en torno a valores como el compromiso y solidaridad, el calor humano y la inclusión. Fomentar el voluntariado es una manera de vivir estos principios en el día a día, extendiendo nuestra misión más allá de los productos financieros.
Cada colaborador voluntario se convierte en embajador del propósito estratégico de la organización, promoviendo el desarrollo integral de las comunidades. El voluntariado, entonces, se transforma en un canal para fortalecer el vínculo entre empresa y sociedad, entre lo profesional y lo humano.
Fueron 20 actividades de voluntariado ejecutadas, entre las cuales tenemos:
- Donaciones de sillas de ruedas, víveres y tarde en Residencia de ancianos
- Construcción desayunador para niños en Centro Escolar
- Entrega de juguetes, tarde alegre con piñatas, juegos y diversión para niños
- Juegos lúdicos en escuela de niños con capacidades especiales
- Siembra de alevines en río Torola
- Convivio con comunidades por medio de feria de productos típicos de cada sector

Un llamado a actuar
El voluntariado corporativo en Credicampo no solo transforma vidas en las comunidades, sino que también enriquece la experiencia de quienes lo practican. Promueve el trabajo en equipo, fortalece los lazos internos y conecta a los colaboradores con el propósito más profundo de su labor.
Por eso, este reportaje también es una invitación. A los equipos, a las agencias, a las unidades: a seguir creyendo en el poder de las pequeñas acciones que, sumadas, generan grandes cambios. Porque en Credicampo, ayudar no es una campaña, es parte de nuestra cultura.


